Hace unos días leí y escuché una noticia en los mass-media,
noticia que creo que ha pasado algo desapercibida para la mayoría de las
personas, pero que a mí me impactó con mucha contundencia.
La noticia decía algo tan simple como “Clonan primates” y la
acompañaba, en la TV y en la prensa, una fotografía de dos monos enanitos, como
dos titis, exactamente iguales.
Inmediatamente, como un acto reflejo, pensé en lo que
escasos segundos después comentaba la noticia: “Queda abierta la puerta para la
clonación de humanos”.
¡La noticia me horrorizó!
Hace unos días que tengo pesadillas nocturnas que provocan
que me despierte o bien empapado en un sudor viscoso o bien congelado como si
estuviese rodeado de una capa de hielo en torno a mi cuerpo.
Y entonces se me empiezan a ocurrir extravagancias
insoportables e insufribles, como por ejemplo perder mi propia identidad porque
me tropiezo por la calle con mi clonación, que es idéntico físicamente a mí, y
pienso que lo peor ocurrirá cuando entre en un bar después de seguirlo por
diversas calles y compruebe que habla, se sienta, consume, bromea, gesticula y
dice y hace cosas exactamente igual que yo.
O que paseo por mi pueblo y me encuentro con una mujer
calcada a mi amada Susan.
O entro en un restaurante y veo sentado a la mesa a un
hombre como mi padre que me sonríe y yo no sé por qué. Y a su lado se sienta
una mujer que es mi madre y me mira y me observa como si me conociese como si
me hubiese parido. Y el camarero que va a tomar nota de lo que desean es
idéntico a otro camarero que yo conocí en otra ciudad y también me mira de
soslayo con una risita que no sé interpretar del todo, y mi madre pide un plato
de sopa pero muy muy muy caliente, como hacía siempre siempre siempre mi madre,
y se queja de que hace algo de frío en el local y mi padre le dice al camarero
que es de otra ciudad que él con unos callos y pan estará más que satisfecho, y
el camarero se va con su nota y al pasar junto a la mesa donde me he sentado me
dice Buenos días, Paco, y yo me quedo tan estupefacto que no respondo.
Y entonces me despierto sobresaltado, horrorizado, asustado,
y me voy al baño a lavarme la cara y cuando me miro en el espejo no me
reconozco porque igual que yo vaya usted a saber cuantos más corren por las
calles de mi pueblo, de mi ciudad o de otras, y corro de nuevo a la cama para
taparme hasta el flequillo y olvidar lo que ya no sé si he soñado o he vivido
el día anterior o es lo que viviré en el día que está por venir.
Y al final me despierto cuando el despertador me lo dice con
su estridencia y lo primero que hago es decir en voz alta Paco para ver si sólo
contesto yo o lo hacen varios al unísono, y como que sólo lo hago yo me
tranquilizo un poco hasta que pienso que tal vez han contestado otros pero
desde otras habitaciones, otros pueblos, otras ciudades, otras tierras, y
entonces vuelvo a horrorizarme y ya no se qué hacer pero algo hago aunque no me
acuerdo, y decido que ya se lo preguntaré a otro Paco como yo en cuanto me lo
encuentre por la calle.
Y salgo a la calle para desayunar en algún lugar mirando de
forma furtiva a todos lados por si aparezco tras una esquina, y aparezco, y
entonces pienso que tal vez yo sólo soy una copia del auténtico que es el que
acaba de aparecer al doblar la esquina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario