viernes, 8 de diciembre de 2017

Greguerías de un inconformista (XLI).

 
(Pensamiento a vuelapluma tras una conversación personal en la clandestinidad del anochecer con una amiga que me quiere y a la que yo adoro).

El final de la angustia, de la tristeza y la ansiedad casi siempre es una sonrisa tímida inicial, que conquista después un rostro risueño que vence al estado de letargo, y acaba con una expresión muy cercana a la comicidad que se manifiesta en risa desordenada y relajante porque desdramatiza todos los pesares anteriores, provocando la pausada y serena alegría de la comprensión de la propia intimidad, antes sometida y ahora liberada.

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