miércoles, 6 de diciembre de 2017

Comentarios y opiniones (mordaces) de aspectos de la actualidad, por Serapión (desde su púlpito en el ágora) (II).

 
Dice el titular de portada de hoy del rotativo madrileño ABC: “Junqueras siguen en prisión para evitar que encabece nuevos actos violentos”.

Hay que ser muy cínico, malvado y torticero para titular así un diario, porque el mundo entero sabe que la única violencia que ha aparecido en el tema de la cuestión catalana las últimas semanas la han generado las fuerzas de seguridad españolas bajo la dirección del Partido Popular y especialmente del Presidente Rajoy, la vicepresidenta Saénz de Santamaría y el Ministro Zoido.

Hay que tergiversar mucho la realidad, hay que ser muy mentiroso, falso y perverso para decir y publicar calumnias de semejante dimensión.
Hay que ser un manipulador nato, un amante de Maquiavelo y su “fin justifica los medios”, hay que ser muy indigno para faltar a la realidad sólo por favorecer intereses personalistas y partidistas, y encima sentirte justificado porque lo haces por el bien de la Una, Grande y Libre, que ya todos sabemos en el mundo mundial, en el universo universal y en la galaxia galaxial que son varias, pequeñas y esclavas o sometidas.

Mientras escribo estas líneas me informa la radio que el Juez del Tribunal Supremo ha decidido retirar las euro órdenes de detención contra el President Puigdemont y otros cuatro consellers de la Generalitat cesados por el Gobierno Central, con la única finalidad de evitar que Bruselas pueda decidir las causas por las que se les imputa, que casi con toda seguridad en Europa sería única y exclusivamente por posible malversación de fondos y no por sedición, desacato a la autoridad, desobediencia, violencia, incitación al odio, menosprecio de símbolos nacionales y alguna estupidez más de ese estulto país que tenemos por vecino. Pero no me extenderé sobre ello, porque merecería un libro entero hablar del brazo armado y ejecutor de la secuestrada justicia española por el demócrata P.P. a través de los jueces que los casposos y rancios socios de esa secta nombran a dedo con el consentimiento mudo de los súbditos (que no ciudadanos) españoles.

Retomando el titular del diario citado al inicio de estos comentarios rociados de opiniones, sólo puedo decir que estamos ante uno de esos sujetos, y hablo del diario ABC, que pertenecen a esa España que, como dijo el poeta, han de helarte el corazón.

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