Catalunya hizo este pasado domingo, primero de octubre de
2017, el más bello y puro ejercicio de democracia desde los tiempos de la
antigua Grecia.
Sócrates, Platón, Aristóteles, y otros muchos grandes
filósofos que hoy en día ya no son estudiados por nuestros infantes gracias a
la actual democracia incautada por partidos como los que abundan en España,
pudieron observar a un pueblo votando contra todos los elementos, como la
lluvia, la falta de medios, la carestía de las más elementales comodidades, los
muchos medios represores de un Gobierno antidemocrático, la violencia
indiscriminada (contra abuelos y abuelas, disminuidos físicos y psíquicos,
gente noble y gente de extracción popular, apellidos gentilicios y apellidos
del vulgo, razas y culturas y religiones diferentes,…) contra aquellos que sólo
desean ejercer la potestad de determinar y decidir su futuro, y aún así no
pudieron evitar que la determinación y la convicción de un pueblo les derrotase, porque su estupidez
innata, aprendida y consolidada les impide saber que ese pueblo, el que
pacíficamente decidió ejercer sus derechos por encima de cualquier
circunstancia, ya había ganado su contienda y había derrotado a los que no
saben ni quieren entender de libertades.
¡Viva el pueblo y viva la democracia!
Ejemplos como el ofrecido por el pueblo catalán, diverso por
sus muchas procedencias internas y externas, escriben con letras de oro las
páginas de la historia.
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