martes, 11 de julio de 2017

Chaparrones de verano (rápidos e intensos, pero fugaces) (I).

 

Me ha llevado más de una semana escribir estas líneas, pero debía hacerlo para expulsarlo de mis vísceras.

Tu actitud, y la de tu desconocida amiga, dejó al descubierto toda mi vulnerabilidad.
En ocasiones, en las escasas ocasiones en las que te he tratado, has sido capaz de conseguir que caiga en el desánimo de pensar que acoger en tu propio hogar al prójimo sin tener en cuenta su condición es camino inadecuado, pero afortunadamente me rehago con rapidez y enseguida vuelvo a recuperar el pensamiento de que es decisión acertada.

Así lo hice hace unos días, y una oleada de dolor y después de enorme alivio y satisfacción se manifestó en todo mi cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario