miércoles, 28 de octubre de 2015

Un verbo (catalán) maravilloso (y II).

 
No cumplo con lo que ayer dije.
No puedo esperar hasta la próxma Píldora de la luna de los lunes.
Espero no recaer excesivas veces en incumplimientos de lo prometido.

Pero tengo una justificación que pienso me salva totalmente.
Hoy leo un artículo en la pág. 26 de “La Vanguardia”, firmado por Oriol Pi de Cabanyes, y no puedo hacer otra cosa que enviároslo, porque lo que yo dije ayer sobre el verbo catalán “enraonar” que utilizó la nueva Presidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell, hoy lo dice el articulista citado pero con verbo mucho más fácil y más rico que el mío.
Me limito, simplemente, a copiar alguna de sus frases. Os lo envío por si alguno de vosotros no lo ha leído, y porque realmente merece la pena.

El artículo se titula ‘Enraonar’.

“..Las palabras, como sabemos, pueden perfectamente significar cosas diferentes.
…una palabra es una convención como cualquier otra.
Nuestra civilización nos ha venido muy marcada por la palabra, por el logos. Palabra y logos, que es también razón, son términos equivalentes. Con la palabra se crea la realidad, se dice ya en el Génesis.
… la palabra enraonar lleva dentro la razón de las cosas, y llamamos enraonar al hablar, al mirar de entendernos los humanos. Enraonar quiere decir, como mínimo, dos personas. Enraonar es compartir la palabra (…), es ponerla en medio y que todos seamos iguales a la hora de usarla; es hablar ordenadamente: escuchar y hablar; es pues la más política de las virtudes, desde el punto de vista de la democracia.
Enraonar, hermosa palabra del catalán hoy prácticamente en desuso que ha sido sustituida de manera generalizada por su sinónimo parlar.
Enraonar  no significa sólo charlar, sino también tratar o examinar en conversación, mantener una conversación, de forma alternativa, dos o más personas.
¡Salvemos la palabra enraonar! ”

Lo que yo quise comunicar ayer, pero bien dicho.
Gracias, Oriol Pi de Cabanyes, por echarme una mano en mis comunicaciones con mis amigos.

martes, 27 de octubre de 2015

Un verbo (catalán) maravilloso.

 
Ayer, lunes 26 de octubre de 2015, Carme Forcadell fue elegida Presidenta del Parlament de Catalunya.

Y en su discurso de toma de posesión recordó una palabra, concretamente un verbo catalán, que me parece maravilloso tanto por su valor lingüístico como por su significado.
Nos recordó a todos que en catalán tenemos una forma de decir hablar (que en catalán coloquial se dice “parlar”), que es extraordinaria: “enraonar”, que literalmente quiere decir hablar con razón, hablar razonadamente, hablar al mismo tiempo que razonas.

Maravillosa expresión que desgraciadamente está cayendo en cierto desuso entre nosotros mismos, los catalanes, que acuñamos en nuestro idioma esta forma del verbo hablar con ese contenido tan ilustrativo y pedagógico del arte de parlamentar (precisamente por eso Carme Forcadell se refirió a ese verbo y con esa acepción, para que el Parlament catalán lo practique en esta nueva legislatura).

Yo, escuchándola, me acordé de mi abuelo Marià Vilanova i Amat (Mariano, vaya que coincidencia) y también de mis padres, porque cuando aparecía un conflicto entre personas cercanas o de su ámbito cercano, afectivo o personal, decían “anem a enraonar i tot se arreglarà” (vamos a hablar –con la razón, razonadamente, me permito añadir aquí- y todo se solucionará).

Enraonem (hablemos), si-us-plau, amb seny (por favor, con sentido común), que mucha falta nos hace en momentos de atribulación como los actuales.

Supervivientes.

Yo he sobrevivido, porque sigo aquí, intentando crear y hacer.

Los que sobrevivimos tenemos un deber que cumplir, que es seguir viviendo hasta el final. Aunque en nuestra existencia haya cosas imperfectas, como dice Murakami en uno de sus libros.
Si me he mantenido a flote en el frío mar de la noche, ¿no viviré ahora con el caliente y perfumado olor otoñal del membrillo?

Ahora ya sé que si me invade la tristeza es como cuando el agua anega una estancia y te ahoga, pero sigue existiendo una única posibilidad de sobrevivir, que  es salir de esa habitación para seguir respirando. Y se puede salir, porque todas las casas tienen ventanas en sus habitaciones. Y las ventanas se cierran, pero también se abren.

Y los supervivientes debemos abrirlas si están cerradas porque tenemos una obligación que cumplir.

lunes, 26 de octubre de 2015

Sin título (X).

 
Hoy es un día lluvioso y de niebla.
Sobre el tejado de mi casa se ha instalado una espesa nube como si fuese un gorro de lana. Lame el techado y descansa de sus afanes de viaje.
Día que es de recogimiento y de silencio.

“Nacht und nebel”.

Pienso entre las brumas de fuera y al calor de la chimenea de la sala de estar que ella me permitió levantar de nuevo el vuelo hasta llegar a flotar y después me dejó caer.
Y no había niebla ni nube a ras del suelo que me acogiese.

Sólo humedad en los huesos y la destemplanza del recuerdo del calor de su piel.

Píldora de la luna de los lunes.

 
Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.


“Fallarás el cien por cien de las cosas que no intentes”.

Wayne Gretzky
Jugador canadiense retirado de hockey hielo.

Absolutamente de acuerdo contigo, Wayne.
Puedo imaginar, sin excesivo esfuerzo, que en tu carrera de jugador profesional de hockey hielo debiste de intentar infinidad de jugadas, disparos a puerta, regates, paradas del disco deslizante, ataques y contraataques, combinaciones,… y que unas veces salieron bien y otras menos bien, o incluso mal.
Pero lo intentaste.
Y no una, si no diez, cien, mil veces, hasta que salió como querías.

Creo que todos debemos seguir tu máxima.
Debemos intentar hacer las cosas que soñamos con hacer, aunque erremos mil veces, porque al final conseguiremos nuestro objetivo.
¡ Y hay un montón de cosas para hacer !
Lanzo alguna de ellas sin preocuparme de clasificarlas ni por categorías, ni por orden de importancia, ni por ningún criterio más que el que ahora mismo fluye de mi mente : querer, consolar, disfrutar, ayudar, gozar, colaborar, participar, proteger, leer, escribir, dibujar, pintar, pasear, contemplar, soñar, pensar, vagar, divagar, observar, asombrar, extasiar, mimar, acariciar,… y sobre todo, AMAR y AMAR y AMAR.
¡ No acabaríamos nunca de citar las cosas que podemos hacer o…
INTENTAR HACER !!!

Vamos a hacerlo o a intentarlo, porque caso contrario fallaremos, con total seguridad,
al 100%

Buena semana… ¡¡¡ cargada de intenciones !!!

viernes, 23 de octubre de 2015

Es que no eres de este mundo.


Hoy, al mediodía, una buena amiga de mi mujer, también mía, me ha enviado un guatsap para decirme que en la madrugada del sábado al domingo hay que retrasar el reloj una hora. Cuando sean las tres hay que decirle al reloj que son las dos.
O sea, hay que mentirle al tiempo.
En su comunicado me ha aclarado que me lo decía porque como que yo vivo en otro mundo le parecía importante decírmelo.

Me lo he pensado un rato, su comentario, quiero decir.
Y entonces me he animado a enviarle un guatsap de respuesta, primero agradeciéndole el aviso y luego preguntándole que por qué dice que vivo en otro mundo.
Me ha respondido diciéndome que sólo hay que leer lo que escribo y escuchar o atender a lo que pienso y digo para darse cuenta de que vivo en otro mundo.
Que es evidente que mi mundo es otro y no éste.

Me he quedado más sorprendido que antes, y le he vuelto a enviar otro guatsap para decirle que si creía que estaba loco o más para allá que para aquí, o simplemente por qué me decía que estoy como en otra dimensión.
Me ha contestado que, por favor, no cambie nunca, que siga siendo el que soy, viviendo en mi mundo personal que no es éste.

Más sorpresa por mi parte.
No se si pensar en ello y darle alguna vuelta para ver qué debo corregir o simplemente creer que la rara es ella y es por ello que piensa que el extraño soy yo.

jueves, 22 de octubre de 2015

Sin título (IX).

 
Ayer quería soñar con ella, porque se me quedó atascada dentro de mí.
No pude.

Soñé, extrañamente, con una chica de mis años jóvenes que me deseaba y sin embargo yo a la que deseaba era a su amiga íntima.
Varias veces en mi vida me ha ocurrido esta dicotomía, como cuando yo anhelaba los favores de una preciosa rubia de ojos de almendra que no me aceptaba y era su hermana, también muy linda, la que de mí desesperaba porque yo no la deseaba.

Pero con la que yo quería soñar porque rompió mi inapetencia tras unos años de dolor intenso por espeso no pude hacerlo, porque me manaba sangre tibia entre alguna de mis costillas hasta alcanzar la espalda y los riñones y todo mi cuerpo entero.

Me desperté y me volví a dormir, y entonces soñé que no era de ningún sitio, que no pertenecía a ningún país ni a ninguna cultura ni tradición, soñé que era forastero hasta en propio lecho.
Me produjo una sensación de insondable desasosiego, que sólo pude eliminar cuando al día siguiente, muchas horas después del sueño, entré en un bar llamado “La mina”, todo forrado de cartón piedra imitando el interior de una mina de negro y sórdido carbón.
Allí, en aquel espantoso y feo decorado me abandonó el desasosiego porque se adhirió a las paredes como un lactante al pecho de su madre.

Otra noche de porcelana fría la buscaré para que me ofrezca el calor que en la oscuridad de ayer me negó.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Una bella y triste historia de una Penélope de Cuenca.

 
Un buen amigo de Tarancón, segunda población conquense, y además familiar ya que mi hijo menor desposó con su hija también menor, me contó hace unos días una bellísima historia del amor de la tristeza.
Él mismo me decía que cuando recordaba esta historia que vivió en sus años mozos, creo que con su mujer porque es hombre de amor de toda una vida, como también es mi caso, aunque conmigo el destino fue cruel porque me la arrebató antes de que tocase, rememora la canción de Joan Manuel Serrat “Penélope”, y es por eso que el título recoge ese nombre de mujer.
Mi intención aquí es simplemente narrar la historia que Pedro me trasladó, y mezclarla con alguna fortuna, si es que soy capaz, con la letra de la “Penélope” del cantautor de mis tierras catalanas.

Y así dice esta bella historia:

En uno de mis viajes sin rumbo por la Serranía de Cuenca, hace ya más de cuarenta años, llegué a un pueblecito casi perdido que se ubicaba entre hoces y pinares y que tenía un nombre de claros orígenes vascos, Beteta.
El pequeño pueblo, de apenas doscientos habitantes, era de calles estrechas, arquitectura serrana y balconadas de madera pintadas de color azul, que contrastaban con algún que otro banco de hierro negro y traviesas de madera pintadas de color verde.
(Dicen en el pueblo que el caminante volvió y la encontró en su banco de pino verde).

Beteta tenía una bonita, pequeña y destartalada plaza.
(Se marchitó en tu huerto hasta la última flor, no hay un sauce en la Calle Mayor para Penélope).

Ese día en el que me acerqué a Beteta era día de mercado. Apenas asomaban media docena de puestos ambulantes en un pueblo sin tiendas ni bares.
(Penélope, con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón, y su vestido de domingo).

En un espacio libre de la Plaza, colgadas de unas cuerdas fijadas a los muros de una vieja Iglesia, lucían, limpias y radiantes, sábanas de bordados y embozos, manteles de primorosa labor, camisones de gala y un blanco vestido de novia.
(Dicen en el pueblo que un caminante paró su reloj una tarde de primavera. Adiós, amor, no me llores… antes que de los sauces caigan las hojas…).

Una mujer lozana pero ya entrando en el ocaso, de cabellos desaliñados y mirada algo perdida se afanaba una y otra vez en alisar inexistentes arrugas de aquellas telas que colgaban de la cuerda de la pared de la Iglesia.
(Penélope, se sienta en un banco en el andén y espera que llegue el primer tren meneando el abanico).

Extrañado de aquella escena decidí preguntar a un parroquiano, y me explicó que hacía años, el día de su boda, a la puerta de la Iglesia, vestida de boda y rodeada por los familiares y los invitados, esperó y esperó en vano a un novio que nunca llegó.
(Penélope, tristes a fuerza de esperar sus ojos parecen brillar si un tren silva a lo lejos. Penélope, uno tras otro los ve pasar, mira sus caras, los oye hablar, para ella son muñecos).

Me decía el vecino que tuvieron que llevársela en volandas, y que nunca derramó una lágrima. Y desde entonces, cada semana, el día de mercado, muestra a todos su ajuar de casadera.
(Dicen en el pueblo que el caminante volvió… Ay, amor, Penélope, mi amante fiel, deja de tejer sueños. Mírame, soy tu amor, regresé. Le sonrió con dos ojos llenitos de ayer…).

Finaliza su narración mi amigo y familiar manchego diciéndome que no sabe qué fue de ella, aunque posiblemente esté ya muerta.
Pero, me pregunta, si existe otra vida, ¿seguirá ella esperándolo?
(Pobre infeliz, se paró tu reloj infantil una tarde plomiza de abril cuando se fue tu amante. Piensa en mí. Volveré por ti. Y Penélope se quedó con su bolso de piel marrón y sus zapatitos de tacón sentada en la estación. Penélope!!! ).

Nota: he respetado al máximo la narración que me trasladó mi amigo, salvo en algunos pequeños detalles que he modificado para una mayor agilidad y comprensión del texto.
Los textos en paréntesis y en cursiva pertenecen a la letra de la canción “Penélope” de J.M. Serrat, si bien el orden lo he variado en función del texto de la narración y su adecuación al mismo, según mi parecer).

martes, 20 de octubre de 2015

Sin título (VIII).

 
Siempre he sido fuerte psicológicamente.
Un día, cuando sólo tenía diecisiete años, decidí abandonar el ambiente cálido y acogedor de la casa y del recién iniciado calor de amor de juventud que me entregaba Susan para irme a estudiar a la Universidad privada de Pamplona.
Mi padre me animaba por sus veleidades con el Opus Dei, pero en mi vida siempre he decidido yo. Y decidí que sí, que me iba.

Pamplona era territorio Opus frente a mi militancia jesuítica.
Me costó calentar mi estancia, la física y la de las relaciones de amistad, porque mi unión con mis amigos era firme y fuerte. Para algo había sido uno de los fundadores del Grupo de Cabrils.

Empecé a amistar con tres ex Viaró, el colegio privado por excelencia del Opus en Barcelona, pero lo conseguí y me hice con el liderazgo del pequeño grupo, cuatro amigos, y que empezó a disolverse tras mi abandono a los dos años porque Susan tiraba con fuerza de mí y yo la necesitaba (¡cuánto te necesito todavía, mi amor desaparecido!), y mi deserción coincidió con el suicidio de JB que se vió superado por muchas circunstancias (amigo, qué tiempos de discusiones filosóficas compartimos y cuánto cariño nos derramamos el uno sobre el otro), y por la aparición no superada ni aceptada en aquellos años de juventud de la homosexualidad de JG, que venía a mi cama cada mañana a despegarme las sábanas y no se atrevía a nada y yo de nada me enteraba porque dibujaba al carboncillo y a escondidas el retrato de mi amada.
Con SRG compartíamos clases de Periodismo y lecciones de conducción con su Citröen Dianne que él me ofrecía. Y mucha amistad, mucha complicidad, muchas horas de estudio y muchas confidencias con sus sinceridades y sus nobles ocultamientos.

Cuarenta años después he regresado a Pamplona ahora no por estudios si no por una hembra, buscando allí donde antes fue ausencia el calor que mi alma precisa, pero la vida no permite repeticiones y la ciudad y la hembra me rechazaron sin contemplaciones.
Cuánto amor y cuánta soledad en Pamplona.

En el Café Iruña de la Plaza del Castillo, a eso de las nueve de la noche, supe un día de marzo de este año que yo allí ya no volvería.

Pamplona fría, Pamplona del candor de mi juventud, Pamplona hoja de espada afilada  que haces brotar sangre silenciosa como la del toro que corre por Estafeta para morir poco después en la Plaza de los mozos de pacharán y potes y tapas, Pamplona que me amaste y que me rechazaste, Pamplona que siempre habitarás mi corazón aunque ahora sea de la niebla que tanto amas y que ya se disipará para que luzca de nuevo el sol nítido y franco como el del monte de El Perdón, monte de mis amores con la que fue mi compañera.

Amada y detestada Pamplona.
Un día volveré sólo, silencioso y de incógnito, para ir al Café Iruña y tomarme un pote a tu salud. No veré a nadie. Sólo te veré a ti, Pamplona.

lunes, 19 de octubre de 2015

Píldora de la luna de los lunes.

 
Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

“Vive cada día con las tres E: energía, entusiasmo y empatía”.

Energía: eficacia, poder, virtud para obrar.
Entusiasmo: exaltación y fogosidad del ánimo, adhesión fervorosa a una causa o empeño.
Empatía: sentimiento de identificación con algo o alguien.

(Diccionario de la Lengua Española. Edición del Tricentenario).


Yo tuve la suerte de trabajar en una gran Agencia de Publicidad y al lado de grandes profesionales y maestros en el arte de comunicar. De ellos aprendí lo poco que sé, pero eso me ayudó a vivir y, lo que es más importante, a disfrutar de lo que hacía.
¡Qué recuerdos aquellos que flotan en mi mente cuando recuerdo el nerviosismo al presentar una Campaña al Cliente! ¡Y que enorme agitación cuando empezábamos a contar las respuestas que provocaban nuestros mensajes: ventas directas, contactos, llamadas telefónicas, recepción de cupones, personas que visitaban los PV, solicitudes de información,…!

Ahora cultivo el huerto, cuido del jardín, practico el bricolage, narro cuento a niños y ancianos, recibo a amigas y amigos en mi casa ceretana, hago mermeladas para obsequiar a mis visitantes, preparo panes de queso, de nueces, de tomates secos italianos, conservas de atún y de anchoas, leo, escribo, dibujo, paseo junto al río, contemplo amaneceres y atardeceres, me recreo en el pensamiento de las mujeres de mi vida, unas aquí y otras allí, preparo pequeñas sorpresas para mis dos nietas,… y todo ello, cada día, con ¡¡¡ energía, entusiasmo y empatía !!!

¿Y tú?
Hazme caso: cada mañana, cuando te levantes, y vayas a empezar aquello que ese día toca hacer, recuerda las tres E, y proponte cumplir con ellas.
Te irá bien. Te irá sensacional.

Feliz semana para todas y para todos !!!

domingo, 18 de octubre de 2015

Sin título (VII).


Durante toda mi vida perder nunca fue una opción.
Pero desde hace unos años me instalé en la pérdida.

Me voy acostumbrando, porque creo o quiero creer que eso me ayuda a crecer, a continuar con mi acercamiento a la sabiduría, a hacerme más comprensivo.
Aunque siga permaneciendo la duda.
Pero algunas pérdidas duelen, hieren, queman.
Antes, hace unos años, no lo habría podido soportar.
Ahora lo tolero, más bien que mal.
Voy aprendiendo a convivir con ellas.

El pasado viernes narré cuentos a ancianos de la Residencia Sanitaria de Puigcerdà.
Ellos sí lo han perdido todo.
Hasta los dientes.
Hasta el caminar.
Hasta la capacidad de razonar.
Pero muchos, otros no, conservan la dulce sonrisa que ilumina su cara y su expresión.

Creo que aprenderé de ellos a sonreír ante mis pérdidas, aunque algunas duelen, y hieren y queman, y muchas veces todo junto.
Quiero creer que no es una rendición, que son aceptación, crecimiento y fortalecimiento de mi espíritu.

sábado, 17 de octubre de 2015

Sin título (VI).

 
Me hubiera entregado a tu causa, a tus causas, sin ningún reparo, por entero.
Pero me alejaste de ello porque me alejaste de ti.
Me cuesta,… me cuesta entenderlo, aunque en algún momento atisbo a comprenderlo.
Pero huelo entre los pliegues de los ojos y la sonrisa difuminada de tus labios atisbos de la seguridad, de la complacencia, de la ausencia de problemas, de la inacción, y eso, eso, ¿eso es amor, eso es pasión, eso es entrega incondicional? ¿O sólo soy yo que miro las cosas con unos ojos que no ven más allá de mi interior y de mi mundo onírico?

Yo soñaba con llevarte conmigo al “Mam i Teca” para degustar productos de proximidad y el confit de costilla de cerdo con garbanzos de la l’Anoia y butifarra negra, y a los restaurantes del bacalao barcelonés, como “La Pinyol”, “La Gilda” y el clásico “Chicoa”, a “La Venta” para contemplar las maravillosas vista que el Tibidabo ofrece de la noche barcelonesa. Al “Els set portes” justo en al frontera de la Barceloneta, con su aire de antiguo y noble restaurante francés, para degustar marisco del mediterráneo después de tomar una cerveza al cincuenta por ciento con unos tacos de atún escabechado y algo de mojama en “El vaso de Oro”, y al “Senyor Parellada” en el barrio viejo que hacen unas paellas para chuparse los dedos, y después pasar la tarde en el mercado del Palo Alto donde Pedrín Mariscal, amigo y compañero de publicidad parió una gran idea para el comercio alternativo y creativo.

Pero tal vez mis ojos no veían lo que los tuyos, y es seguro que tú tienes buena vista y yo uso gafas y ni así consigo diferenciar lo que es de lo que no es pero que yo quisiera que fuera.
Quiero decirme que no, que ya pasó,… pero te echo de menos, te echo de menos,…

Crónica doliente de El Grito de la Lechuza.

 
De nuevo y con cierta urgencia me reclama la Lechuza.
La urgencia obedece a que en dos meses se celebran elecciones generales en este país, y contra más cosas sepamos de quienes nos gobiernan , más capacidades tendremos para realizar nuestro diagnóstico y votar en consecuencia.

A la Lechuza le llega la información que desea que este cronista os traslade a través de una amiga muy amiga de origen alemán pero con raíces profundas y estables en nuestro país, y además, ella también desea que se sepan las cosas que hacen que un Gobierno sea un buen Gobierno y que los fraudes, chanchullos, corruptelas, abusos de poder y demás se extingan de este país al que quiere tanto o más que a su país de origen familiar.

La noticia creo que, como cronista especializado en temática política, merece el siguiente titular:

“Mariano Rajoy se hace una Ley de la Dependencia a su medida y a la de… su padre”.

El Presidente del Gobierno carga al Presupuesto de la Moncloa el cuidado de su padre, exjuez jubilado de 95 años.
Dos personas contratadas por Presidencia se ocupan diariamente de la atención médica del padre del Presidente, lo cual no tiene nada de extraño y entra en o perfectamente razonable y legal, ya que el Presidente, su familia, altos cargos de la Moncloa y mandatarios extranjeros en vivita oficial en nuestro país disponen de este servicio medico de alto standing. Lo que ya no es razonable ni atiende a ningún derecho adquirido es que este servicio se extienda o prolongue o incluya servicios de compañía y/o cuidado de dependientes.

A solicitud del diario digital “eldiario.es Periodismo a pesar de todo”, el Gobierno ha asegurado que el Presidente se conduce exactamente por los mismos criterios que sus predecesores, cosa que es en absoluto cierta, ya que sólo en el caso del padre del Presidente J.L.R.Zapatero se le atendió médicamente por una urgencia, sin darle cobertura de atención personal las 24 h. del día.

Relatado lo relatado, a la Lechuza se le pone el Grito en el pico, claro está.
78.000 personas han perdido las prestaciones económicas que percibían por asunto de dependencia y el Gobierno dejó de financiar su cotización a la Seguridad Social, y 421.000 personas más esperan las prestaciones a que tienen derecho.
¿Puede imaginarse usted cómo viviría Mariano Rajoy como cuidador de su padre si percibiese 270€ al mes y le hubieran expulsado de la cotización a la Seguridad Social?
No, ¿verdad?
Pues haberlos, haylos, óigame, y no pocos, si no bastantes, más bien muchos.
Porque este Gobierno se ha dedicado a bajar las pensiones, a retirar las ayudas a la dependencia, a los copagos sanitarios, a deteriorar la salud pública,… y no sigo porque me da congoja, a mí, simple cronista, a la Lechuza y también a su amiga alemana de España.

Aunque en el fondo no se por qué nos sorprendemos, porque el Partido Popular y sus gentes son la derecha recalcitrante y casposa, y eso significa que lo único que les interesa es conservar y mantener sus privilegios, aunque sea a costa de los demás, aunque sea a costa de la vida y la salud de los demás.

¿O tiene usted alguna duda, amigo/a lector/a?

martes, 13 de octubre de 2015

Sin título (V).

 
Me despisto y me dejo ir.
Y eso va en contra de mis objetivos, que en estos tiempos son la paz, la introversión, el gusto por la melancolía y el recuerdo, el sosiego y la tranquilidad.
Me distorsionó los inicios de esta búsqueda un abrupto enamoramiento, enamoramientos de nuevo de la vida que no es más que la vida misma y de una mujer, pero fui despechado por mis propias incapacidades físicas y mentales para amar.
Y el despecho me ha dolido porque me ha devuelto de golpe a la soledad que deseaba erradicar y que parecía que se diluía en el transcurrir de las horas a la espera de hablar con ella, de saber de ella, de llenarme de ella.
Estaba olvidando el olor de la podredumbre que se había instalado en mis entrañas, pero mi propio yo me devolvió con celeridad a la herrumbre y al dolor.

Ahora debo concentrarme y retomar de nuevo la vida apacible y serena en estas montañas que me acogen, en esta villa en la que narro mis cuentos y los de otros a los niños y a los ancianos, en este pequeño pueblo que pronto demandará del calor del hogar y del abrigo y la bufanda y las botas para hollar sus caminos de fango y hielo.
Aspiro a que el frío se quede ahí fuera y que en mi corazón anide el calor de las ascuas de madera.

lunes, 12 de octubre de 2015

Sin título (IV).

 
Hubo un tiempo que me decía que si no sabía de mí un día algo le faltaba al día.
Fue decirlo y darme cuenta de que a mí me pasaba lo mismo.
Ahora creo que le sobro todo entero.
A mí, ella, no.
Es como el viento en las hojas del nogal que está frente a mi casa, nogal al que dedico mi tiempo al recoger sus frutos caídos y a escuchar al ulular del viento de otoño entre sus hojas cada vez más amarillentas y bellas.
En breve al nogal se le caerán las hojas y sus ramas se cubrirán  de escarcha de añoranza primero, de nieve sus ramas de senectud después, de hielo cuando la muerte amenaza la naturaleza, y hasta lo olvidará la ardilla que zigzaguea ahora rápida y ahora con la lentitud del olfato que ahí busca su precioso alimento, porque en su retiro invernal dormirá a la espera de deslumbrar la primavera con sus ojos negros.
A la ardilla no se le congelará la cola inhiesta y parda, mientras a otros se nos congela el alma porque no sabemos amar la nuez ni la escarcha ni la nieve ni el hielo.
Sólo sabemos invernar.
También lo hace la ardilla.
No todo es erróneo.

Píldora de la luna de los lunes.

 
Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

Hoy quiero haceros llegar una reflexión que aprendí ya hace un montón de años, exactamente cuando hace unos treinta y pico de ellos empezaba a presentar a mis Clientes mis primeras Campañas de Publicidad, aquellas que desarrollábamos con Eugenio y con Rosa, con Alfredo y con Silvia y con Ana y con algún otro, y todos bajo la tutela del maestro Jean-Pierre.

Yo quería en mis presentaciones ser brillante, seducir, convencer, enamorar, hacer vibrar a mi audiencia para que me comprasen el producto y para que se sintiesen confortables con lo que compraban, lo cual es sinónimo de seguridad de que con aquellas ideas que yo les exponía iban a conseguir sus objetivos: vender más, captar más contactos, abrir nuevas expectativas para sus negocios, fidelizar a sus clientes, vender otros productos de su oferta, permitir la visita de un vendedor, conseguir contactos que podían convertirse en posibles nuevos clientes,…

Y para ello yo tenía que saber tocar todas las fibras que mueve un buen vendedor. Y entre ellas necesitaba hasta hacer creer que dejaba caer en mi exposición alguna que otra improvisación que venía a cuento, que reforzaba mis argumentos, que le daba un toque sutil, que era un punto gracioso, divertido y que, además, podía ser determinante para acabar de convencer de la bondad de nuestra propuesta estratégica y creativa.

Y lo hacía,… ¡cuando me salía! Pero a veces salía mal, porque no era el momento adecuado, porque no tocaba, porque era inoportuna o poco afortunada.

Pero un día de asueto leí a W. Shakespeare, no recuerdo el qué exactamente, pero sí recuerdo perfectamente lo que él escribió y yo leí:

“Las improvisaciones son mejores cuando se preparan”.

Para los que tenéis que seducir con la palabra, publicitarios, oradores, empresarios, profesores, maestros, lectores, cuentacuentos, sindicalistas, políticos, cabezas de familia, letrados, jueces, conciliadores, psicólogos y psiquiatras, curas de iglesia de pueblo, alcaldes, concejales, jefes de equipo, entrenadores deportivos, jefes de sección o división, azafatas, bomberos, policías de todo tipo y rango,…. haced caso a Shakespeare, porque preparar la improvisación… ¡¡¡ FUNCIONA !!!

Feliz semana a todas y todos!!!

domingo, 11 de octubre de 2015

Sin título (III).

 
Un día nos conocimos, y con los días y con los contactos intentamos amarnos.
No supe amarla porque los fantasmas me envolvían de muy diversas formas.
Desconozco qué buscaba ella. Tal vez algo desconocido. Es posible que romper con el aburrimiento de una vida neutra, sin riesgos ni pasiones.
No sé muy bien qué quería yo. Tal vez dejar nostalgias y miedos y ansiedades.
Ahora somos tan amigos que no sabemos nada el uno del otro.
Es la perfección de la amistad: desconocidos que se ignoran porque no se comunican y se desconocen.
Nadie sufre por el otro. Nadie espera nada del otro.

Siento una soledad que es una enorme ausencia presente.

sábado, 10 de octubre de 2015

Sin título (II).

 
Hay gente que destruye sueños.
Los he conocido en mi vida personal y también en la profesional.

Gente oscura, gris, viscosa, incapaz de ver la luz, inhabilitados para distinguir en la oscuridad el brillo del abdomen de la luciérnaga entre las hierbas, del rayo entre la nubes, de la chispa en el leño que ya no da calor y humea y atosiga cuellos que carraspean. Son aquellos que viven en las sombras, en el hastío, en la indiferencia, en la ciénaga, en el marjal putrefacto.

Cuando creábamos y vendíamos campañas de publicidad yo intentaba hacer vibrar al compañero creativo, al de cuentas, al de administración y de gestión, y al Cliente, porque la campaña podía ser buena, excelente, magnífica o vulgar, pero lo que vende es la ilusión y el convencimiento de que vas a vender.
En mi vida privada aseguraba que el amor lo puede todo, el ánimo, la disposición del espíritu, el amor y la entrega, el cariño, el roce, el silencio a veces y el jolgorio en otras, la mirada, el pestañeo de unos ojos, unas yemas que acarician, un beso furtivo y mal entregado pero deseado y aceptado.

Muchos me dijeron que no, que esto no iba con ellos, que aquí se trabaja por  dinero. Muchas me dijeron que no, que aquí se ama por razones que están lejos de mis ensoñaciones, que no teníamos futuro, como si yo buscase futuro cuando con el presente ya no puedo y me cuesta acarrear el pasado.

Pero yo sigo convencido de que estoy hecho del material con el que se construyen los sueños.
Y así seguiré.
Empecinado, constante, indestructible.
No sé hacerlo de otra manera.

Sin título (I).

 
¡ Cuánto trabajo !
Estoy preparando el invierno de la Cerdanya.
Hoy el deshollinador, mañana una tonelada de leña que habrá que apilar para que impere el orden, pasado cambiar unas cuantas bombonas de propano para el agua caliente y la cocina, la huerta que hay que dejarla bien preparada para ser plantada la próxima primavera, dejar bien cortado el césped para que descanse en su crecimiento hasta marzo o abril, airear los edredones, sacar de los armarios las mantas, revisar y completar la despensa por si un día la nieve y el hielo impide salir de la casa,…
¡ Cuánto agobio para una espalda que ya no es la de mi juventud ¡

miércoles, 7 de octubre de 2015

Crónica (primera) de otoño de El Grito de la Lechuza.

Hace algunas semanas que este cronista no era requerido por El Grito de la Lechuza. Pero su grito me ha llegado de nuevo.
Me explica que ha estado algo confundida, sobresaltada y al tiempo cansada al oír la cantidad de memeces y sandeces que llegan a soltar sin rubor alguno todos los políticos de este país, pero que ha llegado un momento en que de nuevo debe saltar a la palestra.
Al parecer, a la Lechuza se le ha ocurrido iniciarse en los nuevas Redes sociales, sin dejar de lado los medios convencionales, y ha encontrado algunas perlas que precisan que este cronista las reproduzca sin mayor tardanza ni dilación.

Ahí va la primera:

“El 27 de septiembre de 1975 fueron ejecutados en Madrid 3 miembros del FRAP y 2 de ETA en un fusilamiento organizado por el General de la Guardia Civil José Antonio Sáenz de Santamaría.
Casi 40 años después, el 27 de septiembre de 2012, su hija Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno de España, firma el Decreto de eliminación del presupuesto de la memoria histórica”.
Información que circula por las Redes sociales.

Y otras dos procedentes de medios más convencionales:

“La actividad legislativa del P.P., que como todos los partidos de derecha se declaran “de orden”, y con la excusa de la seguridad ha arrasado sin recato derechos humanos y libertades básicas. Su actividad legislativa ha sido caótica, de gran desorden, perversa y de una tremenda intromisión en quien tiene esa misión y tarea: el Parlamento.
Es únicamente en casos de extrema gravedad y urgencia que el Gobierno puede elaborar leyes y aprobarlas por Real Decreto, y publicarlas en el BOE para su cumplimiento inmediato.
Jamás en democracia un Gobierno había hecho tal abuso de los Decretos Leyes como lo ha hecho y lo sigue haciendo el Gobierno de Mariano Rajoy y el Partido Popular”.
Jesús López-Medel - Abogado del Estado.
Información de “El Periódico de Catalunya” de 06.10.15

“La Constitución española es monárquica, bipartidista y antifederal, y nació en el 78 procedente de la Ley de Reforma Política de Adolfo Suárez que tenía como única misión restablecer la monarquía.
Lo que hoy está ocurriendo en Catalunya es un precedente de lo que pasará en el resto de España: disgregación y falta de gobernabilidad. Como ejemplo la Ley Wert, que no se aplicará aunque haya sido aprobada por mayoría absoluta.
La actual Constitución ya no representa a la nueva sociedad española, y por eso hay que hacer una nueva que cambie el sistema electoral ofreciendo incentivos a partidos diferentes de los del bipartidismo, sistema que ya no es creíble en España.
La actual Constitución no hay que reformarla, hay que hacerla saltar por los aires”.
Javier Pérez Royo - Catedrático de Derecho Constitucional.
Información de “La Vanguardia” de 06.10.15

La Lechuza sólo desea que este cronista recoja unos brevísimos comentarios que desea hacer:

Respecto del primer punto, la noticia que circula en las Redes sociales, una sola pregunta: ¿Esta es la famosa Transición Española? ¿La transición del padre a la hija Sáenz de Santamaría? El papá general firma los decretos de fusilamiento y la hija vicepresidenta los intenta eliminar de la memoria histórica. Pues vamos bien.

Respecto de las dos noticias de los rotativos catalanes: Dentro de poco, exactamente el 20D, tenemos la oportunidad de apartar al Partido Popular del Gobierno de España, y con un poco de suerte de empezar a construir su tumba definitiva, que no es otra que su desaparición del escenario político español y así dar paso a otros con, esperemos, carácter dialogante, apertura de miras y amantes de la verdadera democracia, que es la del gobierno del pueblo y no la de las oligarquías.
Y de paso a ver si damos con políticos de cierto nivel personal, intelectual y moral y nos deshacemos de este panorama desolador que ofrecen los que dicen ser nuestros actuales líderes.

¡¡¡Ustedes mismos!!!
Feliz otoño lechuguino.

martes, 6 de octubre de 2015

La jaula.

 
A veces, la conciencia de ser diferente como me dice una amiga, me provoca la sensación de vivir en una jaula.
A ti, que también eres diferente, ¿te ocurre lo mismo?

lunes, 5 de octubre de 2015

Píldora de la luna de los lunes.

 
Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

Hace ya varios años que me invadió un ataque de hiperestesia descomunal.
Apareció a raíz de que desapareciesen las dos principales mujeres de mi vida.
Esas ausencias y la consiguiente parálisis que me provocaron me llevaron a escribir con mucha más constancia que en mis años anteriores, y bauticé muchos de mis escritos como “Prosa Poética Cromática” (creo que algún día ya expliqué esta descripción de mis propios escritos) porque no creo atesorar la habilidad en el manejo de las palabras del auténtico poeta.
Sólo intento describir mis sentimientos juntando palabras para que amisten entre ellas y conformen un efecto de movimiento en el lenguaje que levante, en mí mismo y en mis lectores, mariposas en los estómagos y en el bulbo raquídeo, que es donde reside la sensibilidad (o así me lo parece a mí).
Mucho mejor que yo lo describe el poeta:

“Un poeta es un cazador de emociones que se dedica a crear efectos para que sientan los demás”.

Luís García Montero.
Poeta granadino, nacido en 1958

Eso es lo que yo intento con mi “Prosa Poética Cromática”, con mis escritos que sólo envío a mis amigos, y así lo hago a pesar de que alguno con paciente insistencia me pide que los publique, porque para mí mis amigos proceden del verbo amar y es por eso que creo que las dos palabras comparten grafías.
Los demás no se quién son, y a ellos no creo que les importe mucho ni lo que digo ni mis sentimientos.
Me siento muy reconfortado sabiendo que mis amigos me leen, comparten mis cavilaciones, reflexiones e introspecciones, y si además levanto mariposas en sus estómagos,… entonces he conseguido mi objetivo de manera plena y total porque se que también lo saben las mujeres de mi vida.

Buena semana para todas y para todos, amigas y amigos !!!

Paco Riera.

sábado, 3 de octubre de 2015

Relámpago mental desmantelado XXXIX y/o los nombres propios.

 
Sentado en la terraza cubierta del Hotel Esquirol en el enclave de Llívia y con una chaqueta de piel vuelta porque el frío ya está llegando a estas tierras, observo como un hombre que pasa por delante de la terraza me saluda con un gesto efusivo de su mano diestra.
Se que lo conozco, pero no recuerdo su nombre. Me esfuerzo en recordarlo, pero no lo consigo.

Me pregunto cuál es la mejor estrategia para averiguar el nombre olvidado del conocido caso de encontrarte cara a cara con él y así superar ese mal momentillo en el que el otro puede pensar que poco le importabas si ni siquiera su nombre recuerdas.

Y decido que lo mejor sería actuar de la siguiente forma:
El otro: “Hombre, ¿cómo estás? ¡Cuánto tiempo sin verte!”
Yo: “Pues ya ves. Muy bien. Todo en su sitio. ¿Y tú, Pedro?”
El otro: “Antonio. Pedro, no”
Yo: “Hombre, claro, ¡Antonio! Es que antes me encontré con Pedro, un viejo amigo de juventud, que no se si tú lo conoces, y me temo que mi cabeza se ha quedado en aquella conversación.”
El otro, que ahora ya es Antonio: “Y, ¿qué haces por aquí? ¿Qué se te ha perdido por la Cerdanya?”
Yo: “¿No lo sabes? Me he instalado hace ya unos meses a vivir aquí, en Enveitg. Vendí el piso de Barcelona, de Sarriá, y me he instalado aquí. Necesitaba hacer cambios en mi vida”.
El otro, o sea, Antonio: “¿Qué me dices? ¿Y en invierno no es muy duro vivir en un pueblo tan pequeño y tan solitario como Enveitg?” Y la conversación sigue con banalidades como hablar del frío, de la nieve, de lo pronto que oscurece,…
Yo: “No, a mí me gusta. Precisaba de un poco de soledad. Y aunque cueste creerlo, no me aburro: escribo, leo, pienso, paseo, dibujo, hago de cuentacuentos en Colegios, Escuelas, Hospitales, Residencias de la Tercera Edad,..” Y explico otras gilipolleces que al otro, a Antonio, no le interesan una mierda, pero queda bien y es casi obligatorio comportarse así. Son las reglas no escritas de nuestra sociedad.

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El otro, Antonio: “Oye, un placer haberte visto y charlar un rato contigo. Nos vemos otro día con más tranquilidad y nos tomamos juntos una cervecita, Fernando”.
Yo: “Lo mismo te digo. Así lo haremos, Alberto. Hasta luego”.

Me siento de nuevo en mi mesa de la terraza cubierta del Hotel Esquirol, doy un sorbo largo a mi cerveza, y pienso que en realidad poco se de ese hombre, pero qué más me da, si casi ni nos conocemos.

Me olvido del tema cuando veo pasar a un amiguete de Llívia que va detrás, ciego de intuición de placer lujurioso, de una policía nacional que trabaja en este enclave del Pirineo desde hace unos meses y que destaca por su descomunal cuerpazo y por una belleza un poco salvaje.

viernes, 2 de octubre de 2015

Una escena familiar y yo al lado.

 
Estoy sentado en el Bar TREZE de la que era la calle de mi casa en mi pueblo de Sarriá, que no era un pueblo porque es ciudad pero que huele como un pueblo.
Hago tiempo a la espera de ir al traumatólogo para que me revise la espalda y me diga que ya está curada a pesar de que a mí me duele porque me fracturé cinco vértebras y creo que este dolor que tengo me acompañará hasta el fin de mis días.

Entran cuatro personas en el Bar. Parece que son papá y mama y dos hijas.
Confirmo casi de forma inmediata que así es, porque se sientan en la mesa contigua a la mía, y suenan en el aire voces de papá y mamá de una de las niñas.

Observo sin disimulo ninguno (¡cuánto se enfadaría ahora Susan conmigo!) a la madre. Bellísima. Elegante. Rubia clarita clarita. Casi blanca.Cuarentona o rozando. Rostro delgado. Nariz griega, recta. Labios finos pero con un punto de sensualidad excitante. Brazos largos y delgados que acaban en unas manos lindísimas. Uñas de manicura pintadas con ese barniz transparente que las hace brillar ligeramente. Manos para besar livianamente, sin dejar marca que las mancille. Los ojos de un azul tan claro que rozan el albino, que regalan una mirada penetrante pero que no hiere porque son dulces como una nube de primavera.
Ella se ha dado cuenta de que la examino con esa lentitud morosa que a veces molesta porque es algo obsesiva.
Desvío mi mirada, hacia él, su marido.

Alto, fuerte, atlético, gente guapa.
Peinado. Bien peinado. Viste ropa de marca, cara, conjuntada. Sus manos también están cuidadas y sus uñas son masculinas y de corte impecable. Patillas con pinceladas blancas, canas de cuarenta y algunos años. Lee la prensa ajeno a todo lo que sucede a su alrededor.
Ella se da cuenta de que ahora lo examino a él. Nos cruzamos las miradas. Arranco una ligerísima sonrisa de sus labios. La devuelvo, la  mía más pronunciada. Aparta los ojos y acaricia la pierna de su hombre. Reafirmación, pienso.

Delante de ambos las dos niñas.
La pequeña habla y habla con la misma voz melosa de la madre. Habla bajito. La gesticulación de sus manos es breve y magnífica. Hablan sus manos tanto como sus labios. Es el retrato de su madre que esta frente a ella. Su pelo tiene la misma tonalidad y la madre la peina de forma idéntica a sí misma. Los mismos ojos azules. La misma mirada cadenciosa de nube.

La mayor es de cuerpo más voluminosos. Es hija de su padre. Su melena es rubia, pero no brilla tanto, es más ceniza. Los ojos son azules, pero intensos como el azul de la mar. Divagan, los ojos. Miran a todos lados y a ninguno en particular. No dice nada. No habla. Está sentada, bien sentada, con la espalda pegada al respaldo. Las piernas se cruzan en los pies. Quietos. No los balancea. Las manos descansa en su regazo, también quietas. Los ojos bailan. La boca mínimamente abierta, como sorprendida pero sin estarlo. La hermana se queja de que no le habla. La madre las observa pero no dice nada. El padre lee la prensa y pide tapas en un buen catalán, aunque son extranjeros. Entre ellos, entre la pequeña y los padres, hablan combinando al azar tres idiomas, castellano, catalán e inglés. La mayor no dice nada salvo con los ojos. El resto sigue inmóvil. La pequeña le recrimina en diversas ocasiones su silencio, con dulzura, como una queja silenciosa.

Me doy cuenta de que me he olvidado de la maravillosa madre, del padre ejecutivo guapo y de la belleza de la pequeña. Toda mi atención la capta la hermana mayor. Su silencio me cautiva. Su mirada me embelesa. Su paz externa que denota una intensa tormenta interna que sólo explican sus ojos me seduce. El resto del mundo ha desaparecido.

La niña, no tiene más allá de siete u ocho años, también ha sido cautivada por mi presencia muda. Empezamos a comunicarnos con la mirada. Y ella se queda conmigo y yo con ella. Le digo que me gustaría conocer sus pensamientos y ella me dice, estoy seguro porque lo oigo con nitidez en mi cabeza, que desea saber de mí. Creo que me pide un cuento. Y se lo explico. Sin palabras. Sólo con miradas. Le explico que el mundo tiene magia porque personitas como ella tienen magia y porque yo la capto sólo con mirar sus ojos bailarines. Y eso es la magia.

Ella me sonríe, con naturalidad, sin vergüenza ni pudor, con dientes de perlas anacaradas. Yo también le sonrío con complicidad. Ella me entiende.

Los padres levantan la mesa porque ya ha concluido el aperitivo.
La pequeña le dice a la mayor que no ha comido nada de nada.
Ella no responde.

Me mira, y antes de irse tras su familia se acerca a mi mesa y acaricia con las yemas de sus dedos de la mano derecha el dorso de mi mano izquierda, recorriendo con su pulgar una vena que se destaca abultada en mi mano.

Nuestros ojos se despiden con la levedad de una nube blanca que empieza a dibujar formas mágicas en el cielo azul pálido.

jueves, 1 de octubre de 2015

Impresiones de un cuentacuentos en Prullans.

 
26 de septiembre. Feria Arç – Diada de Fruits i Herbes Oblidades de Prullans.
Un día antes de las elecciones autonómicas de Catalunya. Posiblemente las elecciones de mayor importancia de los últimos siglos en nuestro país.
Yo debuto como cuentacuentos en mi querida Cerdanya, invitado por Marcel.lí Pascual, Director de la Editorial Salòria de la Seu d’Urgell.

Me acogen con un cariño enorme, tanto los “firaires” como los padres y niños que asisten a mis narraciones.
Narro tres cuentos: “El burot i les cireres d’Arfa”, de Pep Albanell y publicado por Salòria, “El Elefante de que de una Mariposa se enamoró”, que yo mismo escribí en marzo de 2012, y una leyenda ceretana, “El Llibre màgic”, recogida en el libro de Miquel Figuera i Abadal.

Las caras de los niños, ¡y de los padres y madres que me escuchan!, me emocionan. Atentos observan todos mis movimientos, escuchan mis palabras, atienden a mis gestos, sonríen, dibujan muecas en sus caritas, abren los ojos, parpadean, los cierran,… me embrujan ellos a mí más que yo  a ellos.
Sobrevuela por mi mente el recuerdo de mi esposa fallecida hace unos años. La menciono, le dedico a ella, que era un ángel perdido en esta tierra de sudores y dolores, mis narraciones, me emociono en mi interior pero me esfuerzo en contener unas lágrimas espesas de miel que asoman en mis retinas.

Después de cada cuento me aplauden, pero yo no miro las palmas de sus manos, porque miro sus ojos que irradian calor y agradecimiento y cercanía y calidez.
Y eso es lo más importante para un cuentacuentos que sólo desea hacer felices a unos niños, ¡y a sus padres!, que sólo busca enamorarlos a todos por la literatura, por nuestras tradiciones que toman forma de leyendas, arrancar una sonrisa a esos ojos negros, azules, otros verdes y que brillan como los míos que lloran ciegamente porque un cuentacuentos no puede llorar.

Mi mujer me ha oído desde la nube que habita en el cielo y me manda un beso y me pide que siga leyendo cuentos por toda la Cerdanya.
Lo haré, mi amor.
Te lo prometo. Llevaré tu calor y todo tu candor a todos los niños que vengan a escucharme, y les explicaré cuentos para conseguir esas sonrisas que tú extraías de mí.
Y después te lo contaré para que tu sonrisa inunde mi alma de la paz y el sosiego que siempre me ofreciste.
Seré tu cuentacuentos por toda la Cerdanya, amor.