viernes, 25 de mayo de 2012

Blösch

Ayer fue tu santo, Susana, Susanita, Chicho, Blösch, que era la vaca de Beat Sterchi y apodo que yo te puse en nuestros juegos diarios y que tú aceptaste como siempre lo hacías porque yo te divertía y sorprendía y ese era el nombre de bautismo de una vaca de pelo rojizo que acabó en los suburbios grises de los mataderos alemanes y vaca mágicamente lírica y amiga del taciturno Ambrosio, español que tuvo que emigrar a Alemania porque aquí en España no había quien trabajase ni quien se comiese un rosco.

Aleix gustó del nombre y de muy niño así te buscaba, amor, porque cuando te buscaba todos nos reíamos y tu enseñabas tus dientes de blanco marfil porque también reías nuestras ocurrencias y sabías del amor de tu hijo que no sabía que ese nombre era de una vaca amiga de un inmigrante español.

Y yo ayer me acordaba de cuando un día llegaba a Cabrils  y todavía había vacas y tú saliste corriendo para echarte en mis brazos y comerme a besos pudorosos, besos que todavía no eran los del amor que ya vendrían un tiempo más tarde que era cuando tocaba.

Y recuerdo cuando en Montcabré me senté en tus rodillas y te acaricié y entonces supe que tú serías la mujer de mi vida o yo me moría.

Y recuerdo, cómo no voy a acordarme, que un día en el “Jardilín” de nuestros primeros amores de la adolescencia tú, porque fuiste tú, me besaste en los labios y yo no me morí de la migraña que se me metió en una cabeza y en un corazón que bombeaba locamente y se me encogió el alma y el cuerpo y el espíritu entero y me tuvo dos día en la cama y mi mamá no sabía lo que me pasaba y lo que pasaba era que me besaba la mujer que yo amaba.

Después ya aprendí a besarte pero ese primer beso tuyo fue el que empezó con lo que serían nuestras vidas hasta enero de 2009, cuando decidiste que ya esto no te tocaba que ahora tenías que hacer el bien en otros sitios para que Jerónimo y Aleix y yo uniésemos todavía mucho más nuestras vidas y decidiéramos que a sus hijas e hijos les enseñaríamos el camino del amor que tú trazaste con nosotros como simples  espectadores de una bondad que nos transmitiste.

Así se lo enseñaré a tus nietas, Blösch, no te quepa la más mínima duda de que aquí estaré junto con sus padres y madres para que se desarrollen en la eterna bondad que tú desparramaste !!!

miércoles, 23 de mayo de 2012

Dibujo en la arena de la playa


(Dedico este pequeño cuento a Carlos A. Schillinch, que alguna noche de borrachera y algo trasnochera me ha acompañado con su escritura y lectura).

 Todos los días que visito el mar dibujo un cuerpo de mujer en la arena de la playa.

Mi alma nómada desea ver el sol cuando amanece y además me gusta verlo con los ancianos que van a mirar por la mañana un futuro que saben lejano.

Al atardecer me gustaría quedarme a dormir en la playa y a la lumbre de una fogata y en un círculo con mis amigos y amigas que yo convocaría sin teléfonos móviles sino sólo con el poder de la convocatoria.

Sería para pasar un anochecer y no para amar cuerpos porque yo ya sólo quiero querer porque tal vez no pueda tolerar que la forma de una mujer me ahogue en una ceremonia estéril.
No creo que ya ninguna mujer vea una forma de hombre en mi sombra errante.

Me gusta la mar, me gusta perder la mirada en toda su profundidad !!!
Me encanta cuando llueve porque entonces gusto de ir a la mar porque la sal hace que mis ojos lloren y mis quejidos son lamidos y sólo escuchados por los bramidos de la mar.
Y mis lamentos son por todas las injusticias que cada día me asaltan y me atormentan.
No a mí sino a muchas mujeres y hombres que luchan cada día para proseguir con la vida.

Y al final, cuando me voy con el espíritu calmado y algo achatado veo que en la arena ya no queda ningún cuerpo de mujer porque la mar se lo lleva todo y con sal.

Cuerpo de mujer.

viernes, 18 de mayo de 2012

Personajes de mi pueblo (5) o día de aluminio y ceniza

El día de hoy es de ceniza.
Decir ceniciento es como triste pero decir de ceniza es diferente porque describe mejor un día gris.
Pero mejor lo describe decir cielo de aluminio.
El aluminio piensa todo el mundo que es como de plata y no es verdad porque es de ceniza.
De pequeños mis hermanos y yo hacíamos bolas de papel de aluminio que no se llamaba así sino papel de plata para entregar las bolas a las monjas y se suponía que ellas se las daban a los negritos de África y se suponía que algo hacían con él o que para algo les servía.
Supongo que no para comer que es lo que más deseaban aunque ahora también porque todo sigue igual o peor porque ese papel no se lo come ni dios y porque somos incapaces de hacer algo para solucionar los problemas de verdad de la humanidad pero algo debían de hacer con el papel de plata los negritos de África.
Pues ahora resulta que el papel de plata se llama de aluminio y eso es lo que pasa en los días tristones que es cuando el cielo entero se pone no de plata pero sí de aluminio que es ceniza y no ceniciento que parece que un tipo gafado y el cielo no se gafa sino que se entristece cuando tiene el mismo tono mires por donde mires.
Nuestras almas también se cenizan y se aluminian (¿se puede decir así?) en esos días o igual no son los días sino el mal rollo que te coge cuando te levantas y no ves el sol y sí la ceniza.
Yo he decidido actuar que es luz y no uniforme para no ser ceniza y he dicho en el Bar Bodega junto a mi casa que a Alexandre le den un Cacaolat todos los días caliente frío natural o como a él le guste porque ese batido de chocolate le gusta y yo se lo quiero pagar.
Alexandre es de mi pueblo que no es un pueblo sino un barrio pero con pinta de pueblo y es justito de molleras y yo no sé qué me dice porque no lo entiendo pero él sé que me quiere y yo a él porque nadie le dice nada y yo sí y por eso le pagaré su chocolate todos lo días.
Porque Alexandre no es triste aunque sea de ceniza. Y no es de aluminio porque es cálido como la ceniza que está calentita antes de salir del hogar y el está siempre ceniza y siempre calentito.
También es de plata que no es aluminio porque es bueno y quiere ser más bueno cada día, y no es que me lo diga, es que lo sé sin necesidad de que me diga nada porque ya lo dice su cara y su mirada de ceniza tibia.
Alexandre se ríe conmigo y entonces deja de ser de ceniza y es brasa y aunque me escupe un poco en la cara cuando habla a mí no me importa porque sabe a chocolate y sabré que es el que le pago todos los días y que él estará feliz.
Ahora sé que el día que luce el sol es el día de Alexandre porque sus ojos azul claro relucen y aportan simpatía a todo mi pueblo que no es un pueblo sino un barrio y  brillan más cuando se toma su cacaolat de chocolate calentito o fresquito o del tiempo y me encuentra por las calles del pueblo y me escupe un poquito su sonrisa de bondad y chocolate y yo me pongo tan contento que cuando no me ve y me ve doy algunos saltitos porque me encuentro feliz.

El día sigue de aluminio y ceniza pero Alexandre estará feliz de chocolate.

jueves, 17 de mayo de 2012

Desvarío (6) o algo parecido

Aitor me ha entregado en custodia un pardalet que se ha encontrado en la Plaza de Sarriá.
Caído de un árbol con nido y sin mamá, claro.
Qué horror!!! Le he dado leche, luego comida para gatos me que me ha dado el veterinario y ahora unos polvos que deben diluirse en el agua y que parece que es la comida ideal para los Pardalets.
Si se salva, cosa difícil, quiero que salga a volar y yo ver como se olvida y despide de mí.
Vamos a ver si nos ponemos fuertes, gorrión. Yo también estoy débil por que se fue a volar mi compañera. Yo te enseñaré a volar, pero para eso tienes que comer y ponerte como un toro y entonces yo volaré contigo, Pardalet amigo.
Vamos a hacernos camaradas porque nos necesitamos y cuando ya seas fuerte y sepas volar te vas y yo si llevas mi recuerdo contigo seré feliz. Si vuelas y visitas Terrassa o Tarancón no olvides saludar a mis nietas, Pardalet.
Lucha lucha lucha y sobreviviremos los dos, amigo de alas frágiles y corazón de aire.
Tú vas a aprender a volar y yo necesito remontar el vuelo.
Tú has perdido a tu madre y yo he perdido algunas esperanzas y eso es mortal, amigo pajarito.

El pajarito se ha muerto esta tarde.
El Pardalet se fue sobre las 18:30 h.
Al final aprendió a volar y además ya es mi camarada.
Volará muy alto, tan alto que no lo veremos, pero surcará los aires como flecha con destino conocido.
Un pensamiento se fue con él y eso pensé mientras sus bocanadas de aire eran amplias y por ello mortales.
Creo que el autismo me llamará durante unos días.
Explico y expreso mis sentimientos y no me entiende nadie y ni siquiera me entiendo yo mismo.
Debo prometerme guardar silencio porque no se me entiende.
Debo prometerme tener el corazón algo más cerrado porque o no sé explicarme o se me entiende mal y el corazón duele y sufre y se fatiga.
Debo de olvidar todos los intentos de protagonismo porque el protagonista ya soy yo.
Hasta la que más quiero me aconseja y es posible que ahora yo no busque consejo sino sólo acomodo que no es más que reposar mi cabeza con una oreja pegada a un corazón que lata en esos momentos para mí. No más que un hombro donde reposar una cabeza.

Pienso que ni se lo que me digo ahora mismo, pero que más da porque yo me leo a mí y no me leen otros a los que poco importo porque no puedo importar más.
Ni debo ni quiero ni lo pretendo.
Ahora no, antes fue de otra manera.
Mañana, no sé.

martes, 15 de mayo de 2012

Amores de la madrugada

(Dedico este pequeño cuento a Ana María Shua, que me hizo conocer el hueco poplíteo y reflexionamos sobre las pinturas de las mujeres antes de la noche, cuando se pintan los ojos, la nariz e incluso los dedos de los pies. Son las mujeres que al alba ya no están porque a lo largo de las noches y de los hombres se van borrando. A ella dedico este pequeño cuento, porque cuento es).


El amor de las madrugadas es tibio como el amanecer.
El de la noche es gélido.
Algunas noches quiero a algunas mujeres que no quiero y no sé qué calor recogen sus cuerpos ni sus senos y ni siquiera reconozco si tienen calidez en sus entrañas porque es misterio y es misterio que no sé descubrir.
El calor de las mujeres que a veces quiero carece de la humedad del amor tierno y de la caricia que respeta el sudor del amor y de la entrega. No hay entrega porque sólo hay el roce y el egoísmo del que precisa de un cariño que no sabe encontrar y que tal vez jamás encontrará. 
El amor necesita del sufrimiento de los cuerpos para que ambos aprendan que se aman y se destrocen en su restriego y en su arrastrarse y en su confusión.
El amor de dos cuerpos que se desean es sonrisa y nunca risa que es convulsa y la sonrisa es enigmática y confidencial y es compañera sin lucha y cómplice y es el silencio de amantes que se reconocen en otros cuerpos y se abandonan a los encantos de la brujería del amor.

Las mujeres que yo quiero no son de “eixe mon”.

Nunca lo han sido y nunca podrán serlo.
Son mujeres superiores que no saben de amores de la tierra baldía y el corazón desolado que nos dejan al amanecer y ellas saben de amor de firmamentos y de cielos oscuros de luna llena y de lagos y de mares que nosotros ni entendemos ni sabemos comprender.
Alguna me ha querido y la mayoría no me ha entendido pero no me importa porque la más bonita de esas brujas que era de ojos verdes y pelo rojo me amó tal vez seducida por un embrujo.

El amor de las noches de calor de chimenea es frío y al amanecer es tibio pero al inicio de la luz opaca y uniforme es destemplado y es extraño y solitario. Más tarde se templa y aunque no sea cierto ayuda a conquistar el día  y el alma de los que se quedan solitarios.
El amor maldito de los amaneceres es el que te deja con la cabeza mal asentada y la boca pastosa y el mal aliento que es el del querer sin querer.

La soledad no es mala pero pesa como el sueño.
A mí me pesa y me sobrepasa.
El amor de esas madrugadas es liviano y el dolor pesa y el dolor del amor sobrepasa.

Las mujeres de mi vida no son de “eixe mon” y ni siquiera del que vendrá ni del que diseñaría Ana María Shua.
Tampoco del que yo dibujaría. Mis mujeres son eternas y yo me acabo bastante rápido.
Ese amor del que ahora hablo es témpano y yo lo quiero lento e incandescente, lento, lento, lento hasta que abrase y consuma y agote.

domingo, 13 de mayo de 2012

Primera Comunión

Hoy me he despertado pronto, vaya, como todos los días.
En la Cerdanya, preciosa, con olor a hierba y a mirlo y a mermelada.
En la cama calor pero acogedora y con olor cálido, de noche de amor.
Ella ya no estaba pero permanecía el calor del amor.

Es domingo y así como sin saberlo me acuerdo de que hoy hace 50 años que hice la Primera Comunión. Mi Primera Comunión.

También era domingo el 13 de mayo de 1962 y también hacía un sol blanco y calorcito de amor y acogedor y de padres y de familia.

Y también me he acordado del Abuelo Paco.
No sé que tienen que ver la comunión y mi abuelo Paco pero así ha sucedido.

Me he puesto a llorar, flojito, lentito, pero sentido.
No se notaba mucho, porque estaba en la ducha y allí hay mucha agua.

Abuelo ciego de mi infancia que fuiste una pérdida que inició esta secuencia interminable. Abuelo del rosario inacabable que te salía por la boca y por esos ojos ciegos de arquitecto que yo cuidaba con los pelos de las mazorcas de maíz que no servían para dar vida a esos ojos pero sí me la daban a mí y a mis hermanos que corríamos por los campos de cultivo del maíz para hervir el agua bendita que daba paz a tus ojos de dibujante y motorista sin moto y arquitecto sin cartabón ni lápiz ni pluma. Abuelo de zapatos limpios que nosotros pisábamos sólo por el placer de molestar y de oírte refunfuñar en la mesa de nuestros almuerzos.

No sé muy bien por qué, pero me he puesto a llorar.
Intensamente, lentito, pero sentido.
No se notaba mucho, porque había más agua.

Yo estaba peladito y monísimo vestido de fraile blanco, y mi abuelo Paco me decía Paco, Pacorro que se te quema el gorro, y también, Paco fuma tabaco, qui no en té fuma paper.

Mi mamá estaba linda lindísima, y mi papá imponente.
Yo iba con un gran cirio en mi mano, y la abuela Montse y el abuelo Mariano y la abuelita Tina estaban como orgullosos de mí, no se bien porqué pero así era.
Creo que era en el Loreto de la Calle Mallorca, pero ya no me acuerdo del todo, allí donde la Madre Ana y Sor Casilda me aprendían y apretaban.
Sólo recuerdo que yo estaba feliz con mi reloj Duward y mi cristo de marfil blanco sobre cruz de plata plateada y con aquella primera hostia que no se podía tocar con las manos, ni se podía masticar y tenías que estar en ayunas tres horas.

Qué bonito!!! Qué recuerdos de monjas y de papás y mamás y tías y tíos y primos que parecía que gozaban contigo y de casa engalanada sólo porque yo hacía la Primera Comunión y era el primero de la fila por ser el más bajito y yo creía que era por ser el más listo y el más primero que los demás.

Me he puesto a llorar ahora que tengo 57 años, como un niño que va a hacer su Primera Comunión y los nervios le pueden y por eso está muy nervioso.
Me he enternecido conmigo mismo y he decidido acariciarme la mejilla como se hace con los niños y así acariciarme como para darme amor.

Me he puesto a llorar por la infancia ya perdida, por la adolescencia que ya se escapó, y mientras en eso pensaba un gorrión picaba en al cristal de la puerta de mi casa en Enveitg y yo le decía que las semillas estaban y que allí se abastecía.

Siempre pájaros en mi vida.
Siempre pájaros en mi cabeza.

Yo quería ser tan alto como la Tía Rosa, que nunca llegó a medir más de metro y medio,  y la Tía Otilia estaba soltera y todavía no venían mis primas.

Yo me he puesto a llorar porque diez años más tarde conocí a la que me dio nueva infancia y adolescencia y yo ya tenía 17 años y ahora tengo 57 y lloro como si tuviese 7 añitos y mi mamá me olvidaba en las escaleras centrales del Colegio del Loreto de la Calle Mallorca y sor Casilda con su escoba me empujaba a subirlas porque allí era donde yo debía perder mi primera sonrisa y mi primera inocencia.

Así debía ser y así fue, vestidito de blanco como un fraile para recibir mi primera hostia que no se podía tocar ni masticar y requería de tres horas de ayuno.

Hoy mismo al llegar a mi casa en la ciudad una gran amiga gran amiga me envía una gran sonrisa gran sonrisa para mi regreso a la ciudad , otra amiga me dice que ayer me echó en falta en la fiesta  a la que no pude asistir, el gorrión de vientre amarillo sigue en mi ventana con su pico en mi cristal, y yo siento que la infancia y adolescencia que ya perdí fue para amar y adorar a la mujer que también se fue porque los ángeles siempre mueren pronto como ya todos sabemos y para recibir mensajes de esta gran amiga que me envía una gran sonrisa.

Pájaros en mi vida, pájaros en mi cabeza. Siempre pájaros.

martes, 8 de mayo de 2012

Desespero

Yo he conocido el desespero.

Yo me desespero porque imaginé una vida entera junto a la suya cuando antes de empezar siempre pensé que ella estaba fuera de mi alcance.
Yo he desesperado al ver a la más hermosa de las melenas rojas caerse a jirones en una triste cama de un Hospital público.
Yo me he visto desesperado al ver unos ojos verdes como la hierba de la primavera y con los olores fértiles de después de la siega, ojos grandes como una manzana, teñirse del negro del cuervo y apagarse como un candil sin aceite con su lentitud desoladora.
Yo desespero cuando por las mañanas no veo a mi niña pintarse la rayita verde de sus ojos ni encuentro respuesta a mis palabras del vaho de su espejo.
Me somete la desesperación cuando entro en casa y no hallo su sonrisa relajada y tranquila y sobre todo acogedora.
Yo me desesperé al observar unas manos gráciles y de uñas cuidadas ajarse con el amarillo fúnebre de la muerte y con el rojo de sangre de hígado.
Yo he vivido la impotencia del brazo y la pierna inermes desesperados por la parálisis que ordena un cerebro que desesperaba por su impotencia.
Yo conozco el desespero del llanto silencioso y amargo de cada oscuridad y de cada amanecer, y yo le cogía la mano y ella se desesperaba con la serenidad muda del llanto lento y cadencioso.

Yo detesto no poder ni saber comunicar lo que mi desespero es.

Yo me he desesperado besando unos labios que eran fruta fresca y que ahora eran leña y piedra y arena.
Yo he gozado de un vientre de vida y de dar vida y que ahora se encogía y gemía.
Yo he visto a la mujer cuando los copos de nieve copaban nuestro jardín y era rana cuando el mar o el agua del río la absorbía y ahora desespero cuando así la imagino en mi fantasía.
Yo me he henchido de orgullo cuando esa mujer que era casi una niña todavía corría hacia mí para abrazar mi llegada.
Yo he disfrutado de sus olores y aromas y de su sexo y de su piel y de su candidez y de su bondad y entrega y ahora desespero.
Yo sé lo que es despertar en la madrugada gélida y buscar el calor de su cuerpo tibio de sueño y ensoñaciones y sólo encontrar el frío de la sábana mortalmente deshabitada y eso sé que es el desespero.

Yo sólo sé que estoy solo y con desespero, mi amor.

Detesto no saber comunicar lo que mi desespero es.

lunes, 7 de mayo de 2012

RAMPAS (Relato por entregas. Capítulo 5 de 5, o sea el último)

( ...   ... ... )

Le doy la vuelta y soy yo el que ahora domina y la beso y la beso y la beso y ella mebesaysedejaymebesaysedeja y yo acaricio muy suavemente su pecho izquierdo y se me ocurre decir que parece un flanecito y me doy cuenta de que el comentario es impropio de mi edad pero no me da rubor sino que me da igual y acaricioacaricioacariciolevementesuavementedermatológicamente su pecho y ahora con un poco más de intensidad y vehemencia hasta que    T O D A   M I   M A N O    decide proseguir con la fiesta nueva y fresca y con la    R A M P A     se convierte como en una ARAÑAPULPO y aprietayaprietayaprieta cada vez con más fuerza su teta mientras ella lanza una alarido de dolor mezclado con SUELTASUELTASUELTA pero mi mano insiste cada vez con más fuerza  CON MÁS FUERZA y yo también berreo porque me duele todo el brazo y no sé cómo soltar y APRIETOYAPRIETO y los dos gritamos espasmódicamente y cada vez más alto y se abre la puerta porque Irene olvidó pasar el pestillo y aparecen el anfitrión de la fiesta fresca y nueva y varios amigos y después de abrir mucho la boca por unos segundos de parálisis cerebral me agarran y me intentan separar de aquel cuerpo desnudo y mi mano sigue aferrada y el flanecito se estira como un chicle y ella lanza alaridos enormes y yo    PARADPARADPARAD    que será peor y el flan es una goma elástica hasta que    ¡ P O P ¡    la rampa se va a la fiesta y suelta su presa.

Yo ya estoy de pie y desnudo en el centro de la habitación, Irene llora y se tapa e hipa y se masajea su tetachicle y bajito dice ya en compañía de Ana estálocoesunanimalcasimemataquébestiaestáparaencerrar y a mí me gritan y me dicen que me vista y que me largue que estoy arruinando la fiesta nueva y fresca y que mi comportamiento es inaceptable y yo me siento observado con mi cuerpo desnudo como una gamba pelada mientras ellos esperan a que me vista y alguno de aquellos amigos que creo ya he perdido me mete alguna collejas mientras me dicen imbécilcapullomamóndegeneradosiemprehassidoasísiemprelohemossabidodesgraciado.

Vestido de la mejor manera que he podido me cogen por las axilas y me trasladan al vestíbulo donde me acomete una rampa en la planta del pie izquierdo y UYUYUYUYUYUYUYUY   SOLTADMESOLTADMESOLTADME    y me sueltan y mientras doy ridículos saltitos sobre mi pie derecho me saco el zapato y el calcetín y me rasco con fruición la planta del pie para expulsar la rampa y me abren la puerta para que me pire mientras uno me dice que me vaya a mi casa a rascarme los sobacos y me mete una coz en el culo de campeonato mundial de rugby y como que siempre tengo por costumbre desde niño decir la última palabra que a  mi papá le ponía de los nervios le contesto imbécil yo no soy Charles Bukowsky que tú no sabes ni quién es porque eres idiota mental cerdo lerdo y a mí lo que me gusta es rascarme la planta de los pies.

Estoy en la calle con el zapato izquierdo y el calcetín en su interior y el contacto frío con las baldosas de la acera  me gusta y me alivia por lo que decido descalzar el otro pie y regresar a casa con los pies desnudos.
Total no me mira nadie porque no hay nadie para mirar.
A medio camino me da un ataque como de rabia y le suelto un directo a uno de esos plataneros bordes que al Ayuntamiento de mi ciudad le gusta plantar y suerte que no era una palmera porque por sus rugosidades me hubiese destrozado todavía más los nudillos de mi mano.
Estoy cansado y me siento a descansar en un banco de esos de diseño que ahora clavan en el suelo y este banco tiene una fuente pública al lado.
Se me ocurre pensar que mañana tengo que poner lavadoras en casa para la ropa blanca y para la ropa de color.
Para ganar tiempo pienso que puedo lavar los calcetines que están en el interior de mis zapatos en la fuente pública de al lado del banco de diseño aunque no tenga jabón.

Si pasa alguien le preguntaré si lleva encima una pastilla de jabón.

FIN DE FIN (ya no continuará porque es el último, el capítulo 5 de 5).

sábado, 5 de mayo de 2012

Personajes de mi pueblo (4)

 
Que mi barrio es como un pueblo o que mi pueblo es en realidad un barrio de una gran ciudad ya lo he explicado en otras ocasiones y esto es así es porque mi barrio huele a pueblo entre otras muchas cosas y olores y aunque algunos son difíciles de definir si te esfuerzas los llegas a percibir.

Como en todos los pueblos la actividad que es la vida porque sino te mueves es que no vives se concentra en su Calle Mayor y en la Plaza principal que tiene Iglesia como todos los pueblos aunque estas ya concentra poca actividad porque las creencias se dirigen hacia otros caminos que difieren de las religiosas para hacerse más mundanas y a lo mejor incluso populistas, lo cual no está mal porque engaños ya los sufrimos en  demasía. Pero la Iglesia de la Plaza huele también a pueblo que es de viejas con naftalina en el abrigo y café con leche en el aliento.

La Plaza de mi pueblo también tiene cafés y restaurantes y yo los frecuento porque me gustan sus olores y me gusta que al entrar en ellos me atiendan por mi nombre y no con el qué desea o dígame que es frío y urbanita donde los haya.
En el Café de la Plaza de mi pueblo que tiene olor a viejo y poca luz para la lectura entro a leer mi libro una tarde cualquiera de un día que no es diferente a otro y me acomodo en una barra lateral para dejarme los ojos entre las líneas del libro, y consigo leer sólo un par de páginas hasta detenerme en una palabra que es ecolalia y que afortunadamente explica después el propio novelista porque yo desconozco su significado al escribir que es el vicio propio de aquellas personas que repiten la última palabra del diálogo de su interlocutor y no se sabe bien si es para demostrar que siguen el hilo de la conversación o simplemente porque son carentes de memoria y comprensión y se quedan con la última palabra que es evidente que no sirve para nada, y consigo leer sólo ese par de paginas porque como que esto es un pueblo el hombre acodado a mi lado en la barra me interrumpe para preguntarme si puede saber qué estoy leyendo.

Me gusta, me gusta mi pueblo que en realidad es un barrio. Me gusta porque esta reacción natural como la vida misma sería imposible en el mundo de la ciudad y sus gentes e incluso podría aparentar, sí, aparentar, mala educación cuando pienso que es de educación exquisita porque se traduce en deseos de diálogo con tus vecinos e interés por sus actividades a pesar de que mi vecino de barra y yo no nos conocemos y tampoco lo recuerdo como vecino del barrio pero debe serlo porque huele sus olores y los comprende.

Pero los vecinos de mi barrio son esa fauna especial que habita este pueblo.
Le contesto con el nombre de la novela y el de su autor, algo así como “Años lentos de Fernando Aramburu” y el dice “…Aramburu” y también dice “¿Y qué tal?” y yo contesto “Muy bien, es uno de mis escritores favoritos” y el responde aunque no tenía por qué decir nada “…favoritos” y a mí no sé si me entran sudores de sorpresa o los de la estupefacción.
Investigo.
Ahora soy yo quien dice “ Trata de la historia de un niño en los años de la posguerra…” y el dice como bajito y pequeñito porque sabe que no he finalizado la frase “…posguerra”, y yo “…que se traslada de población para vivir con sus tíos y su primo…” y el dice “…primo…” igual que antes de bajito y susurrante y yo prosigo “…y descubre las aventuras políticas de los etarras y las desventuras de los aldeanos.” y el ya en tono más firme y convencido dice “…aldeanos”.
Entonces me explica que si puede tomar nota del nombre del libro de la editorial y su autor para regalárselo a u amigo del despacho que tiene la manía de repetir la última o últimas palabras de las que él dice cuando dialogan y que eso le pone de los nervios, y yo le digo “Eso se llama ecolalia” y el dice ahora bajito “…ecolalia” y también se lo apunta en su papelito.

Creo que llega la hora de irme porque dudo de mi capacidad para resistir tamaña coincidencia e incluso llego a pensar si no me lo estoy inventando todo, y para provocar la despedida digo “Ha sido un placer. Perdona, ¿tu nombre?, y responde Rodolfo Royo Royo.
Me voy sin decirle el mío porque me está dando un espasmo nervioso e incontrolable a la altura del estómago que me sube pecho arriba para manifestarse en el rostro y sólo soy capaz si de verdad sus apellidos no se escribirán Rollo Rollo por aquello de la duplicidad de las eles.

Ya en la Plaza pienso que sus apellidos no podían ser de otra manera y para confirmarme que no me invento nada de lo escrito empiezo a inventar: su mujer seguro que se llama Rayo y tienen dos hijos que son gemelos y Rodolfo tiene además de mujer una amante fija y de profesión es arquitecto y se dedica a las casa pareadas y a bloques simétricos e iguales al estilo Belvitge y me voy a no sé donde en mis pensamientos y pienso que si la ecolalia la aplicamos a los políticos debe ser Egoecolalia porque los políticos que practican la ecolalia lo hacen porque piensan que somos estúpidos lo cual es muy posible o porque son malos oradores lo cual es no posible sino cierto y así empalman frases y creen que lo hacen bien cuando dan pena penita pena.

Me gusta mi pueblo me gusta. Me gusta encontrarme con vecinos que te saludan cuando callejeas por el nombre de pila y con establecimientos que te fían y con personajes que te hablan y somos desconocidos pero ahora yo nos conocemos porque olemos lo mismo y porque somos del mismo pueblo que en realidad es un barrio.

jueves, 3 de mayo de 2012

Cambio de registro (3)

Hoy tenía pensado publicar la 5ª y última entrega del relato RAMPAS, pero me voy a permitir una nueva salida de tono.

Soy consciente de que alguna de las cosas que comentaré no serán compartidas por muchos, pero me importa un carajo porque son las que yo pienso y al igual que cuando ves la TV sino te gusta pues la cierras y aquí ocurre lo mismo: al que no le guste lo que digo pues que no siga leyendo, y si prosigue con la lectura será porque algo le gusta o por practicar uno de los deportes nacionales que es criticar a todos y a todo. Y dicho esto me quedo más tranquilo que dios.

Estamos en crisis y por eso desplegamos a 8.000 miembros de nuestros cuerpos de ¿seguridad? porque 20 socios del Banco Central Europeo vienen a Barcelona para tomar una decisión de máxima importancia,  a saber: que no van a bajar el tipo de interés del dinero que actualmente está en el 1% ni tampoco van a subirlo. Por tanto deduzco que además de papear y beber como gansos inflando su hígado lo que harán será algo de turismo y molestar a una población cercana a los 7,5 mm. de personas que somo somos los habitantes de esta tierra que llamamos Catalunya.

8.000 individuos entre Policía Nacional y Mossos de Esquadra con todos sus gastos de dietas, desplazamientos, material logístico, vehículos, sueldos, armamento y seguro que olvido otros costes pero entiendo que no es necesaria lista exhaustiva para el propósito de este nuevo Cambio de registro.

Mientras medio país está en las colas del paro y el otro medio pasa hambre los prohombres europeos vienen al Hotel Arts de Barcelona a decidir no modificar nada de lo que ya está en vigor.
Yo no soy antisistema porque de él he vivido hasta la fecha pero si me siento indignado por estos patriarcas que la historia nos ha deparado y que no son más que pululadores del poder, parásitos de nuestra sociedad y muchos de ellos gamberros de las finanzas y especuladores sin dinero que consiguen hacerse ricos a costa de nuestros bolsillos. En definitiva: ESCORIA!!!
Por cierto, tal vez tomen una segunda decisión: felicitar a Mariano Rajoy y sus secuaces porque según su parecer está haciendo las cosas bien, como recortar ayudas sociales, sanidad, educación, prestaciones a la tercera edad, investigación,... ¡¡¡ y decretar amnistía fiscal para que las fortunas del país blaqueen su capital sin coste ninguno para estos defraudadores !!!.
Creo que será una decisión magnífica y que justifica el chorro desperdiciado de unas cuantas decenas de millones de euros, pero como en la crisis ya hemos perdido hasta el trabajo de las clases medias y bajas pues qué más da.

Decimos que estamos en CRISIS. Ayer por la noche estos mafiosos del poder fueron recibidos por el Molt Honarable President de la Generalitat de Catalunya en Cena de Gala. Más costes. Pero voy a aceptarlo porque hay que cuidar las RR.PP. en esta sociedad enferma y en la que prima no la inteligencia ni la sabiduría ni los valores sociales y personales sino otros intereses ocultos y oscuros que dirigen nuestras vidas y nuestras economías. Pero vamos a tolerarlo.

Lo que NO TOLERO es que nuestro President se dirija a la concurrencia utilizando el idioma inglés cuando el idioma de nuestra tierra es el catalán y ellos apuestan por normalizaciones lingüísticas que en el fondo les importan un carajo (ya dos veces carajo!!!) y multan a chinos, paquistaníes y otros venidos de tierras colindantes con la nuestra por no rotular sus establecimientos en catalán.
¿Acaso cuando Merkel, Sarkozy, Cameron, Berlusconi,... se desplazan a Bruselas dejan de hablar en sus idiomas originarios? Pues en este caso el President no se traslada allende las fronteras catalanas, sino que son los otros los que visitan este país: razón de más para normalizarse lingüísticamente y exponer su discurso en catalán.
¿O es que como el paro tal vez no les parece suficiente quieren dejar hasta a los traductores en esa situación de carestía laboral?
¿O es que tal vez nuestro President quería demostrar al mundo que él sí sabe idiomas y así satisfacer su personal ego? Es posible, porque todos ellos son pavos reales que gustan de mostrar su cola y sus colores, que no son los de la vergüenza precisamente.

Vamos, hombre, que ya está bien, CARAJO!!!